La gripe, gripa o influenza es una
enfermedad infecciosa de
aves y
mamíferos causada por un tipo de
virus de ARN de la familia de los
Orthomyxoviridae. Las palabras gripe y gripa proceden de la
francesa grippe (procedente del suizo-alemán grüpi (acurrucarse), mientras que influenza procede del italiano.
En los seres humanos afecta a las vías respiratorias; inicialmente puede ser similar a un
resfriado y con frecuencia se acompaña de síntomas generales como
fiebre, dolor de garganta, debilidad, dolores musculares, dolor estomacal (
mialgias), articulares (
artralgias), y de cabeza (
cefalea), con
tos (que generalmente es seca y sin mucosidad) y malestar general.
[1] En algunos casos más graves puede complicarse con pulmonía (
neumonía), que puede resultar mortal, especialmente en niños pequeños y sobre todo en ancianos. Aunque se puede confundir con el resfriado (
catarro) común, la gripe es una enfermedad más grave y está causada por un tipo diferente de virus. También puede provocar, más a menudo en niños,
náuseas y
vómitos, que al ser síntomas de
gastroenteritis hace que se denomine gripe estomacal o abdominal.
La gripe se transmite desde individuos infectados a través de gotas en
aerosol cargadas de virus (procedentes de
saliva,
secreción nasal y
bronquial), que son emitidas con la tos o los estornudos o sólo al hablar. Ya mucho más raramente, a través de las
heces de pájaros infectados. También es transmisible por la
sangre y por las superficies u objetos contaminados con el
virus, que se denominan fomites.
Los virus de la gripe resisten más en ambiente seco y frío. Pueden conservar su capacidad infectiva durante una semana a la temperatura del cuerpo humano, durante 30 días a 0 °C y durante mucho más tiempo a menores temperaturas. Puede ser fácilmente inactivado mediante
detergentes o
desinfectantes.
La gripe se distribuye en
epidemias estacionales que provocan cientos de miles de defunciones, que pasan a ser millones en los años de
pandemia (epidemia global). Durante el
siglo XX se produjeron cinco pandemias de gripe debido a la aparición por
mutación de diferentes cepas del virus. A menudo estas nuevas cepas han surgido a partir del trasvase de cepas típicas de animales al
ser humano, en lo que se denomina salto de especie o heterocontagio. Una variante mortal del virus de la
gripe aviar denominada
H5N1 pasó por ser la principal candidata para la siguiente pandemia de gripe en humanos desde que traspasó la barrera de especie en
los años 1990 y provocó decenas de defunciones en Asia, hasta la aparición de la neogripe A (H1N1) en 2009. Afortunadamente aquella variante aviar no mutó y no puede transmitirse de persona a persona, pues sólo afectó a humanos desde aves contagiadas y ese contagio no es fácil pues requiere unas condiciones muy especiales.
En los países desarrollados se han establecido campañas de vacunación anual frente a la gripe para las personas con mayor riesgo de contraer la enfermedad o que son más vulnerables a sus complicaciones, así como controles estrictos a las aves de corral. La vacuna humana habitual es la trivalente, que contiene proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas se consideran van a ser más comunes en la siguiente epidemia: dos subtipos del
virus A de la gripe y uno del
virus B. Una vacuna elaborada un año puede no ser eficaz al siguiente debido a las frecuentes y rápidas mutaciones (cambios en sus antígenos) que sufre el virus, y a la dominancia variable de las diferentes cepas.
El tratamiento es sólo sintomático y en los casos graves y hospitalarios es sólo de mantenimiento de constantes, pues los fármacos
antivirales tienen una eficacia muy limitada (los más eficaces son los inhibidores de la
neuraminidasa) y no carecen de toxicidad. Los antibióticos sólo son útiles si hay infección bacteriana asociada.
El pronóstico es bueno con recuperación parcial a la semana y total a los quince días, siendo, en las epidemias habituales, los
exitus letalis consecuencia de la patología o del deficiente estado inmunitario, previos a la infección gripal.
En España la gripe es de declaración obligatoria, no nominal y no urgente. Todos los viernes ha de remitirse a las autoridades sanitarias el número de casos nuevos atendidos durante la semana. Antes de 2009 nunca se requiería encuesta epidemiológica, dada su alta
morbilidad (cantidad porcentual de afectados) pero está sí debe realizarse actualmente en los casos de neogripe A, incluso antes de la confirmación por el laboratorio.